lunes, 22 de febrero de 2016

Los límites de la tabla periódica 2.0

Proyectiles más pesados


Los científicos logran sintetizar estos elementos superpesados disparando unos átomos contra otros con la esperanza de que se fusionen, algo que ocurre solo en una de cada miles de millones de colisiones. Así se ha logrado llegar hasta la frontera del elemento 118, el más pesado de los recién llegados. Por ejemplo, el 117 fue obtenido por científicos de Estados Unidos y Rusia bombardeando una muestra de 22 miligramos de berkelio (el elemento 97) con iones del isótopo 48 del calcio durante 150 días en el acelerador de iones pesados del Instituto Central de Investigaciones Nucleares en la ciudad rusa de Dubná. A su vez, el berkelio tardó 250 días en obtenerse en el Laboratorio Nacional de Oak Ridge, en EEUU. Y todo ello para llegar a producir solo seis átomos del 117, que se descomponen en unos milisegundos.

Siendo así, sería de esperar que rebasar la nueva frontera de la tabla periódica hacia la octava fila fuera poco menos que impensable. El bombardeo con calcio ha permitido descubrir seis nuevos elementos, pero según señala a OpenMind el físico David Hinde, director del acelerador de iones pesados de la Universidad Nacional de Australia, “las dificultades de ir más allá del elemento 118 consisten en que emplear proyectiles de calcio-48, que tienen muchas propiedades favorables, ya no es posible; se necesitan proyectiles más pesados”.
Sin embargo, Hinde es uno de los hombres que pueden tener la clave para avanzar a la casilla siguiente. Recientemente ha estudiado el uso de otros proyectiles en colaboración con el Grupo de Elementos Superpesados de la Universidad de Mainz y el Centro GSI, en Alemania. El problema de emplear proyectiles de mayor calibre, expone, es que “reducen la producción de elementos superpesados en un factor de 10 o más”. Entre las posibilidades que cita Hinde se encuentran el titanio-50, el cromo-54, el hierro-58 y el níquel-64.
Por su parte, el físico Jadambaa Khuyagbaatar, perteneciente al grupo alemán que colabora con Hinde y que ha dirigido los experimentos de confirmación del elemento 117, se muestra optimista: “Los resultados nos dan buenas esperanzas de sintetizar al menos los dos elementos siguientes, 119 y 120”, aunque “los experimentos pueden llevar más tiempo que para la síntesis del 114 al 118”, advierte a OpenMind. Y según Hinde, tal vez no baste con cambiar de balas, sino que tal vez también se requieran cañones más potentes: “Se podría superar esta desventaja con nuevos aceleradores con un mayor flujo de partículas”.

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