domingo, 13 de marzo de 2016

"ABORTO PARA HOMBRES" sí, has oído bien.

El "aborto" para hombres, la nueva ocurrencia de los liberales suecos

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Si hace unas semanas proponían legalil incesto y la necrofilia, esta semana el ala juvenil del Partido Popular Liberal sueco (LUF) propone reconocer por ley el derecho del hombre a "abortar".
El aborto para hombres reconocería el derecho del varón a renunciar a su hijo o hija en las primeras 18 semanas del embarazo, el plazo en el que la mujer tiene derecho a abortar legalmente en Suecia.
Es decir, el hombre podría renunciar a los derechos y obligaciones de la paternidad y no pagar la manutención del bebé si algún día llega a nacer.
Supuestamente, el padre tampoco podría conocer a su hijo en el futuro.
El aborto para hombres reconocería el derecho del varón a renunciar a la paternidad en las primeras 18 semanas del embarazo, el plazo en el que la mujer tiene derecho a abortar legalmente en Suecia
 La medida se plantea en las 18 primeras semanas del embarazo porque de esta forma, si el hombre no quiere que el bebé nazca, se lo hace saber a la mujer, lo que serviría como una forma de presión para que aborte.
Y hasta aquí podíamos llegar.
Junto a la píldora, el aborto fue un gran paso en la lucha por los derechos de las mujeres. Un paso que nos dio el poder de decidir sobre nuestra sexualidad y nuestro cuerpo.
Ahora, y coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer que precisamente celebra los avances en la lucha feminista y la igualdad de géneros, un partido liberal propone volver a decidir, aunque sea de un modo indirecto, sobre el cuerpo de las mujeres.
Los hombres ya deciden sobre el cuerpo de las mujeres apoyándose en cuestiones religiosas para impedir la posibilidad legal del aborto en muchos países. Ahora buscan ejercer presión sobre la mujer para lo contrario: empujar al aborto, con el respaldo de la ley.
La cuestión es que tanto en un caso como en otro, la presión sobre la mujer sigue estando muy presente.
En un escenario en el que una de los dos partes implicadas quiere que el embarazo llegue a su término y otra quiere interrumpirlo, ¿quién tiene la última palabra?
¿Tiene el hombre derecho a poder desinteresarse y no asumir su parte de responsabilidad si la mujer decide tener el bebé?
¿Tiene derecho a que la ley le blinde de tener que contribuir a la manutención de la criatura?
Y lo que es aún más grave, ¿tiene derecho a decidir poner fin a un embarazo que no se desarrolla en su cuerpo?
¿A planteárselo siquiera?
Ni los embarazos ni los abortos son cuestiones baladí. Son decisiones que no se debe tomar unilateralmente, ni mucho menos deberían dar lugar a escenarios legales que favorezcan la presión de uno sobre la voluntad del otro.

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